El elemento del filtro de aire es igual a la mascarilla que usamos en los días de neblina; lo principal es bloquear el polvo, la arena del aire y otras impurezas. No veas este componente como insignificante, ya que su precio no es caro, pero su papel es extremadamente importante. Algunas personas han realizado antes un experimento: si retiras este filtro de aire del automóvil y luego conduces como de costumbre, el resultado será que el grado de desgaste del cilindro será ocho veces mayor que el del automóvil con el filtro vacío, el desgaste del pistón será tres veces mayor, ¡y el anillo del pistón, nueve veces mayor! En otras palabras, sin este filtro de aire, el motor se desgastaría por completo en dos o tres años. Además, esto también conlleva otros riesgos. Así pues, muchas impurezas presentes en el aire ingresan a la combustión junto con la gasolina, lo que provocará una combustión insuficiente, dejando residuos e impurezas acumuladas que darán lugar a depósitos de carbono. Como consecuencia, el automóvil perderá potencia, aumentará el consumo de combustible y entrará así en un círculo vicioso, terminando finalmente por deteriorarse por completo.

Normalmente, el manual de mantenimiento del fabricante recordará el ciclo de reemplazo del filtro de aire; en circunstancias normales, se recomienda reemplazar el filtro de aire una vez cada 10.000 a 15.000 kilómetros, ya que la obstrucción del filtro de aire afectará durante mucho tiempo la entrada de aire al motor, provocando que la relación aire-combustible en el motor cambie y, por lo tanto, influyendo en el proceso de combustión. Esto puede causar acumulación interna de carbono en el motor, inestabilidad en el régimen de ralentí, reducción de la potencia y aumento del consumo de combustible.

En el proceso real de uso del automóvil se encontrarán con una variedad de situaciones; por lo tanto, no existe un estándar absoluto para la sustitución del filtro de aire, ya que esto depende de la cantidad de polvo e impurezas que absorba el filtro. Lo mismo ocurre con un filtro de aire: en un vehículo que circula a largo plazo por carreteras, puede utilizarse hasta 30.000 kilómetros o incluso más antes de reemplazarlo; en cambio, un vehículo todoterreno que hace trayectos entre zonas rurales podría necesitar ser reemplazado en tan solo dos meses. Por supuesto, estos dos casos son más extremos; para vehículos urbanos comunes, es más adecuado reemplazar el filtro de aire cada año o cada 2.000 kilómetros.

Por supuesto, el tiempo o el kilometraje del vehículo son solo valores de referencia, y el factor que determina en última instancia si el filtro de aire necesita ser reemplazado es: si ha dejado de permitir que pase suficiente aire. El filtro de aire debe asegurar que las impurezas del aire sean filtradas, al mismo tiempo que permite que ingrese suficiente aire al motor.

Cabe señalar aquí que el filtro de aire que ha estado funcionando durante un período de tiempo es en realidad más eficiente que el filtro de aire nuevo. Esto se debe a que las impurezas que el filtro de aire ya ha adsorbido pueden ayudarle a atrapar más polvo minúsculo. Eventualmente, el filtro de aire acumulará demasiado polvo y afectará el funcionamiento del motor. La economía de combustible, la potencia y las emisiones tienden a deteriorarse hasta que se instala un filtro de aire nuevo. Nota: El filtro de aire que parece sucio no significa que no pueda funcionar normalmente, por lo que si necesita ser reemplazado depende del estado del vehículo.